La infancia es la primera etapa de nuestra vida y concentra una enorme cantidad de aprendizajes para la vida. Es el periodo en que desarrollamos nuestros primeros vínculos, con nuestros padres, cuidadores, hermanos, abuelos, tíos, primeros amigos y amigas. Y dado que comenzamos a relacionarnos física y emocionalmente con el mundo que nos rodea, puede dar origen a profundas heridas emocionales.
La psicología ha descubierto y estudiado 5 heridas emocionales que se inician en la infancia, que pueden dejar secuelas y condicionan la edad adulta.
Te voy a explicar, ¿qué son?, ¿cómo surgen?, y ¿cómo es posible revertirlas?.
Conocerlas, trabajarlas y sanarlas, es un gran paso para vivir una vida más plena.
¿Qué son las heridas emocionales de la infancia?
Las 5 heridas emocionales de la infancia son una especie de lesión afectiva que se genera en los primeros años de vida, influirán durante el resto de tus días y pueden dificultar el relacionamiento contigo mismo y con los demás.
La mayoría, por no decir “todos”, estamos conviviendo con una o varias de estas huellas que pueden expresarse en la edad adulta como: ansiedad, depresión, fracaso en las relaciones, miedo, desconfianza, inseguridad, entre otras.
¿Qué las causan?
Estas 5 heridas emocionales de la infancia pueden deberse a una infinidad de sucesos en la vida del niño, a veces traumáticos y otras no tanto, hay que recordar, que la realidad de lo que vive el niño es una interpretación de su mundo social y afectivo y todo cuanto vive y percibe va dejando huellas.
Por ejemplo, un niño puede sentir tristeza porque se le ha caído una hoja a una flor, porque en ese momento sentía una intensa conexión con ella y en ese preciso instante, ésta pierde parte de ella.
¿Cómo se originan?
Estas se originan como experiencias que el niño interpreta negativamente, pueden ser puntuales o constantes en el tiempo, pueden variar en intensidad, quedan insertas en la psique del niño, como una fotografía o registro auditivo, repercutiendo en su vida adulta.
Hay que tener muy en cuenta, que el niño está desarrollando sus propias herramientas para la gestión de sus emociones, toma referencias y experiencias, las interpreta y a partir de esa interpretación, empieza a crear su realidad. A veces, hay interpretaciones equivocadas de la realidad que acontece, y un hecho puntual, aparentemente positivo, puede ser interpretado por el niño como algo negativo, algo que afecta su integridad.

Conocer estas 5 heridas, puede ayudarte a reflexionar sobre ellas y tomar acciones para revertirlas, si sientes que impiden una relación plena contigo mismo y con los demás.
1-Miedo al abandono.
Si has identificado esta herida, tu mayor miedo es la soledad. Sentir la falta de cuidados, protección, y compañía te da tanto miedo, que constantemente estás alerta para no ser abandonado y harás todo lo que está en tu mano para no sentirte o quedarte solo.
Si sientes miedo a ser abandonado, posiblemente tus relaciones afectivas estén marcadas por una dependencia emocional y hasta física de otra persona. Puedes aguantar y hasta sufrir por no quedarte solo, o bien, como medida de protección tomarás las riendas y abandonarás, antes de que te abandonen y así, no revivir la experiencia del abandono.
2-Miedo al rechazo.
Esta es una herida muy profunda, ya te habrás dado cuenta si la sientes, porque es el rechazo que has vivido hacia todo lo que eres, hacia tus sentimientos, pensamientos, vivencias. Su origen está en situaciones o experiencias de rechazo o no aceptación por parte de tus padres, abuelos, hermanos, amigos, profesores o cualquier persona que ha tenido una repercusión muy grande o que es muy cercano a ti.
Si lo sientes, puede que desde pequeño hayas percibido este rechazo y en este momento se haya convertido en un rechazo a ti mismo. Puedes pensar que no eres digno de amar, ni ser amado y tiendes a interpretar todo desde ese parámetro de rechazo.
Todo esto puede gatillarse en cualquier momento, o por cualquier situación, y llevarte a una situación de sufrimiento. Puede que desesperadamente busques en el exterior reconocimiento y aprobación.
3-Miedo a la humillación.
Este se origina cuando tus padres te han desaprobado o criticado y sobre todo cuando te has sentido ridiculizado. Posiblemente hayas generado una personalidad dependiente y necesites ser útil y valioso, para ello puedes hacer cualquier cosa para sentirte así, ya que crees que como te reconoces tú mismo, depende de la imagen que tienen de ti los demás.
Si lo has sufrido, puede que tengas dificultades para expresarte y a veces puedes ridiculizarte a ti mismo. Normalmente, puedes considerarte menos importante, más pequeño o menos digno. Puedes olvidarte de ti mismo para complacer a los demás y así ganarte su aprobación.
4-La herida de la traición o el miedo a confiar.
Esta herida o miedo, se produce cuando te has sentido traicionado por alguno de los padres, el cual no ha cumplido alguna promesa que te hizo.
Cuando esta promesa incumplida es repetitiva, puede generar en ti, un sentimiento de aislamiento y desconfianza y en algunas ocasiones se puede convertir en rencor o hasta envidia.
Esta herida puede haber construido en ti, una personalidad controladora, posesiva y/o desconfiada. A raíz de esto, sientes la necesidad de controlar todo, para no sentirse traicionado, pudiendo llegar a ser altamente posesivo, dejando de respetar a la persona que tienes en frente.
5-El miedo a la injusticia.
Si sientes esta herida emocional, posiblemente tus padres fueron o son fríos y rígidos, imponiendo sus creencias, sin respetarte. Esta exigencia constante, te ha hecho sentir que no has llegado nunca a cumplir sus expectativas.
Esta herida puede que haya generado en ti, una rigidez en la forma de relacionarte con tu entorno, te cuesta negociar y aceptar otros puntos de vista. Das mucha importancia a tus creencias, valores. Expresas tus opiniones como si fuesen verdades absolutas. Puedes llegar a ser una persona obsesionada con el orden y el perfeccionismo.

Ahora que has identificado las 5 heridas emocionales de la infancia, me preguntarás : ahora ya las he identificado, pero sigo siendo infeliz, ¿qué puedo hacer para revertirlas?.
Te voy a dar unos tips que puedes utilizar para ir sanando estas heridas y así sentirte cada día más feliz y más pleno en tu día a día.
1-Sanar el miedo al abandono.
Esta herida, se sana siendo consciente del miedo a la soledad y trabajándolo. Este trabajo empieza por pasar más tiempo contigo mismo, conocer qué actividades te gustan, te apasionan, sobre todo ir conociéndote cada vez más y cuidándote. Puede ser que te ataque ese temor a ser rechazado, pero es parte de superar este miedo, por eso, es importante ahondar en el contacto físico y emocional.
Te recomiendo conectar con tu niño interior, porque es él, el que teme ser abandonado y poco a poco, abordar esos momentos de estar solo cada vez más conscientes y en paz contigo mismo, abrazando a ese niño interior para decirle que no está solo y que a partir de ahora, siempre estará acompañado, que ahora el adulto eres tú y lo vas a proteger y acompañar.
2-Sanar el miedo al rechazo.
3-Sanar la herida de la humillación.
Esta herida puede generarte un gran dolor y una gran carga. Esta herida consigue sanarse mediante el perdón y la aceptación de las personas que te dañaron o humillaron. Contradictoriamente, y desde su inconsciencia, es lo máximo que pudieron hacer en ese momento, les faltaron herramientas para poder hacerlo de otra forma.
Recuerda, perdón y aceptación son las palabras clave para cerrar y sanar estas heridas.
4-Sanar el miedo a confiar.
Para que puedas sanar esta herida, trabaja la confianza, la tolerancia, la paciencia. Puedes ir delegando en los demás tareas que antes solo tú podías hacer, porque no confiabas en nadie más.
Para trabajar este miedo, puedes empezar a relajarte en la vida, porque este miedo lo que te provoca es estar atento en todo momento buscando la perfección y el control, si solamente sueltas las riendas de todo lo que quieres controlar, quitarás atención y te volverás más flexible.
5-Sanar el miedo a la injusticia.
La forma para que reviertas esta herida, es trabajando la rigidez mental, osea, intentando día a día ser un poco más flexible y tolerante contigo y con los demás.
Espero que te haya servido toda la información sobre las 5 heridas emocionales de la infancia, que puedas reflexionar y buscar ayuda si sientes que la necesitas.
Te animo a practicar estas 5 sanaciones y comenzar a dar pasos que te permitan transformar tu vida, tus días y la forma en que te relacionas con las personas que más quieres, como también con las que compartes espacios de trabajo o estudios.
Un gran abrazo.
Josean G